Para continuar siendo competitivos en el mercado internacional, las empresas nicaragüenses tendrán que poner en marcha múltiples cambios ante las reformas tributaria y la de seguridad social.
Los cambios que trajeron consigo las reformas al Seguro Social y la reforma tributaria que entraron en vigencia en febrero pasado, impone numerosos grandes retos a las empresas que operan en Nicaragua –en general– y a las exportadoras en particular.
Especialistas en la materia coinciden en que la competitividad de las empresas se ve comprometida con estas reformas, lo que les exige hacer cambios para no quedar rezagadas ante sus competidores de la región.
¿Qué cambios trajeron esas reformas?
La primera en aplicarse fue la Resolución 1/325 del Consejo Directivo del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), que afectó a los empleadores en general de la siguiente manera:
- Incrementó el aporte patronal de 19% a 21.5% o 22.5%, en dependencia del número de trabajadores de la empresa (si emplea a 50 personas o menos, o a más de 50).
- Aumentó el aporte patronal de los altos cargos, al eliminar el salario máximo cotizable. Antes había un salario límite para calcular el aporte, ahora debe hacerse sobre el 100% de éste.
Luego de estos cambios, a finales del mismo mes se aprobó la reforma a la Ley de Concertación Tributaria de 2012 (LCT), que trajo consigo:
- La eliminación de las exoneraciones de DAI (Derecho Arancelario a la Importación en Centroamérica) e ISC (Impuesto Selectivo de Consumo) sobre las compras locales y las importaciones de materias primas, bienes intermedios, bienes de capital, repuestos, partes y accesorios para la maquinaria y equipos a los productores agropecuarios y de la micro y pequeña empresa industrial.
- Los productores ahora deberán pagar ISC y DAI según corresponda sobre los insecticidas, plaguicidas, fungicidas, herbicidas, defoliantes, abonos, fertilizantes, semillas y productos de biotecnologías.
- Los productores tendrán que pagar IVA (Impuesto al Valor Agregado) sobre estos productos cuando se utilicen para elaborar bienes agrícolas que no son de carácter exportable.
- Se eliminó la exención de IVA a la maquinaria, equipo, y equipo de riego que son utilizados en la producción agropecuaria, así como sus partes y accesorios, sus repuestos y llantas.
- La Reforma Tributaria, al gravar con ISC y DAI los bienes, insumos, materia prima y bienes intermedios para la producción primaria de los bienes agrícolas, elevarían el precio final de los productos, lo que podría afectar la seguridad alimentaria, ya que tanto el productor como el intermediario tendrán que trasladar el pago de esos impuestos al precio final.
- Reduce la accesibilidad a exoneraciones por el nuevo burocrático proceso.