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Por: Azucena Castillo, gerente general de APEN

Mientras se discute, se estudia, inicia y se tenga el gran canal, el agro nicaragüense no debe quedar a la intemperie y al ritmo que hasta ahora ha venido teniendo, ya que los mercados nos esperan con productos de calidad que también se puedan embarcar en esos trasatlánticos que cruzarán por nuestro país, además que el pueblo nicaragüense, y la invasión de trabajadores chinos y extranjeros necesitarán alimentos que podemos producir en vez de importar.

Al igual del cambio en la matriz energética, hay que cambiar la matriz productiva-exportadora, caminando hacia la innovación, diversificación y valor agregado en la producción de alimentos, necesitamos pasar de 50 a 200 empresas exportadoras grandes e incorporar cada año 300 nuevas pymes a la lista oficial de exportadores, haciendo uso de la tecnología.

No todos los 6 millones de gente van a trabajar o vivir del canal. No debemos atenernos a los futuros ingresos canaleros como fuente suficiente para subsidiar importaciones para seguridad alimentaria, o para sustituir las divisas de las exportaciones, o financiar la inversión pública. Eso es lo que han hecho países miopes atenidos a una sola fuente de ingresos como el petróleo, ejemplo es Venezuela que se olvidó de sus sectores productivos y ahora pasa serias dificultades económicas y de abastecimiento.

Nicaragua tiene en sus tierras fértiles aptas para la agricultura y su tejido laboral, una ventaja comparativa para aprovechar haciendo uso de la tecnología y el conocimiento para encaminarnos a una cultura de productividad, calidad y eficiencia de la mano con esa gran obra de infraestructura y servicios que significaría el canal.

En 3 o 4 años nuestros sectores deben estar listos para el manejo de alta tecnología que les permita producir con eficiencia y calidad.

Es importante, saber: “el Gobierno busca resguardar al sector agrícola que representa el 18% del PIB en medio de grandes proyectos”, según dijo el presidente del Banco Central, agregando que “el reto es cómo resguardar nuestro sector agrícola”. Hacemos eco de su inquietud porque en APEN coincidimos con que “necesitamos políticas y mecanismos para apoyar al sector agrícola” y nos ponemos a la orden para ayudar a enfrentar esos retos

Hay que resaltar que en la EXPOAPEN 2014, el Congreso de Marketing y Calidad expuso la NUEVA VISIÓN 2020 a partir de un Nuevo Modelo Productivo de Comercialización para competir con efectividad en los mercados. Existe una nueva tendencia de consumo de alimentos que atender en este siglo y el nuevo enfoque es la Productividad Intensiva a partir de la Agricultura Protegida basada en tecnología, dejando en evidencia que no podemos seguir produciendo como hasta ahora cuando tenemos mercados preferenciales de más de 1,500 millones de consumidores.

Los sectores coinciden en caminar hacia un cambio de cultura productiva para poder comercializar $10,000 millones en el 2020. En APEN se apuesta que es posible hacerlo si el enfoque y los mecanismos de apoyo del Gobierno son correctos, los resultados de la EXPOAPEN y las FERIAS internacionales así lo demuestra, porque para lograrlo ha sido significativo el apoyo de las agencias de cooperación: CBI, ICCO, Woord & Daad, la Hermandad de Municipios de la Cooperación Holandesa, la Unión Europea, USAID, VECO, COSUDE, el Banco Mundial, y muy valioso, el apoyo de Pro-Nicaragua.

Es una nueva visión que los propios productores y empresas se han impuesto para competir con éxito. Por eso acogemos con entusiasmo la voluntad del Gobierno de apoyar “con políticas y medidas” a los sectores productivos. En APEN estamos trabajando intensivamente en el fortalecimiento de las cadenas de valor, la inclusión de género, las empresas anclas  y vislumbramos que el próximo paso es inducir a la agricultura protegida, pero es importante tener el apoyo del Gobierno con un Modelo de Desarrollo que asegure un verdadero centro de transferencia tecnológica y capacidades y programas de apoyo a planes integrales con valor agregado de inversionistas y productores hacia la creación de clústeres agrícolas.

Implementar un Modelo de Desarrollo para la reconversión agrícola, no es tan costoso como construir un canal. En APEN, contando con información validada de la demanda futura en los mercados de alimentos y conociendo la inquietud productiva de los sectores, con una señal, mecanismos y políticas consistentes del Gobierno, estarán dispuestos a invertir su parte. Si ya se tienen identificados los problemas y necesidades de la agricultura, como también la demanda creciente de productos que se podrían producir en nuestro país,  es lógico que surja interés privado para invertir, producir, diversificar, y articular a productores, automatizando los procesos para llegar a esa demanda.

El “resguardo del sector agrícola” no tiene que ser un reto difícil: no requiere de inversión gigantesca, ni de largos estudios de factibilidad como el canal y hay entusiasmo por hacerlo.

Basta saber que la  agricultura en Nicaragua es extensiva a campo abierto, mientras los métodos intensivos facilitan el manejo del agua, el cambio climático y control de plagas en los clústeres hortícolas” o “agroparques” o “puertos verdes” en sus diferentes modalidades: invernaderos, túneles, etc.

A ese método de “AGRICULTURA PROTEGIDA” es a lo que estamos apuntando en APEN para apoyar a los productores a articularse con la comercialización, haciendo uso de la tecnología para asegurar las mejores prácticas agrícolas y de manufactura, y apoyo logístico en la exportación porque tiene que ser integral.

En Nicaragua creo que a excepción del tabaco, las hortalizas, vegetales, frutas en su mayoría se producen a campo abierto o en casas de sombra, mientras que en Guatemala, México y República Dominicana los túneles, los invernaderos, que utilizan alta tecnología son ya parte del paisaje, Costa Rica por ejemplo incorpora el 65% de tecnología en sus exportaciones.

Los clústeres o parques industriales, además de dar capacidad de negociación a los productores para obtener mejores precios de venta y obtener precios más bajos para los insumos y facilitar la diversificación y la innovación, apoyan la integración de los productores con menos capacidad de entrar al mercado con empresas que ya están en el mercado de modo natural, sin necesidad de un decreto.

Para formar un clúster, debe haber seguridad  de que lo producido se venda. El  mercado de hortalizas, vegetales, frutas, orgánicos, semillas, granos, plantas, ejeques, helechos y flores, indica alto crecimiento sostenido debido al cambio en la cultura alimenticia: cuido de la salud y la estética por los consumidores en el mundo entero.

La demanda por productos de calidad se está expandiendo y un alto porcentaje de nuestra población se dedica la producción de horticultura, si se aplican los mecanismos y políticas correctas y se cuenta con instituciones de apoyo capaces, el aporte de la agricultura al PIB se incrementará sustancialmente.

Esta Visión 2020, incluye la resolución de los problemas de escasez de agua, la irrigación es apenas perceptible y se necesitan políticas para que los clústeres accedan a la infraestructura de riego en zonas con serias dificultades. El control climático (temperatura y humedad) se pueden resolver con el uso de la tecnología y el conocimiento, donde el Gobierno puede contar con apoyo de la cooperación de países especializados como Holanda, Estados Unidos. La inversión es el corazón de la nueva cultura y la Banca puede contribuir con financiamiento de la tecnología, para hacer del uso de la agricultura un boom económico a la par del canal.

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