Carlos Tejedor, consultor en cargas masivas y de proyecto en Plate Brokers Argentina, analizó los posibles efectos de la pandemia en las diferentes ramas del transporte marítimo.
A principios de 2020, el mundo tenía previsto un crecimiento económico de 3%, pero desde la aparición del COVID-19, se estima que no habrá crecimiento. De acuerdo con el FMI la economía global sufrirá la mayor desaceleración desde la década de 1930. Desde el inicio de la pandemia, las líneas navieras han recibido cancelaciones de más de 400 contenedores y todo indica que la tendencia seguirá. Esto obliga a las empresas a cancelar servicios completos o fusionarlos con otros, por lo que se espera una caída de 25-30% del tráfico total en el primer semestre de 2020.
Debido a la alta cantidad de buques anclados por la pandemia y previendo un desperfecto y atraso en el transito , las líneas navieras esperan utilizar buques más nuevos, especialmente los ultra large e introducirlos a los diferentes tráficos.
Otro problema que enfrentan las líneas navieras, es el incremento de cargas que se están acumulando en puertos y depósitos, ya que la paralización de actividades produce cancelaciones de cargas y posibilidades de entrega. Muchas líneas navieras están ofreciendo a las cargas distintos centros para almacenamiento, aunque esto planteará un problema de espacio en diferentes partes del mundo en un corto plazo. Mientras tanto, el transporte de alimentos y de granos ayuda a mantener algunos buques a flote.